Cuando uno es seguidor de las noticias del fútbol internacional, en general mira los partidos de las ligas más poderosas, y en particular sigue a los equipos en donde juegan las grandes figuras del fútbol de élite. Precisamente un equipo que siempre está y seguramente estará en la consideración del futbolero promedio es el Real Madrid.
Un conjunto merengue qué, por su rica historia, tiene bien ganado el miramiento y el respeto de propios y extraños en el fútbol. Pero también por su valiosa actualidad deportiva, que es al fin y al cabo, la que forja su hegemonía en el fútbol europeo.
La final de la Supercopa era una nueva cita para los campeones en la temporada pasada de las máximas competiciones del viejo continente a nivel de clubes. Los equipos que se habían ganado el derecho a competir por el título en esta edición, eran Eintracht Frankfurt y Real Madrid.
El gran favorito en esta ocasión y como en tantas otras, eran los dirigidos por Carlo Ancelotti. Por muchos motivos el Madrid llegaba como pleno favorito a este encuentro, pero el más importante, es el instinto ganador que atraviesa a todo el equipo. Nunca les basta. Son insaciables. Hay linaje triunfador y es un gran equipo formado por grandes jugadores.
Los merengues derrotaron ayer al conjunto alemán por 2-0 con goles de David Alaba a los 37′ y del francés Karim Benzema en el 65′. Esto ocurrió en el Estadio Olímpico de Helsinki en Finlandia. Nunca estuvo en peligro la victoria del favorito, el cual cumplió con los pronósticos y con su historia. En el campeón jugó como titular el uruguayo Federico Valverde quién estuvo en cancha 76′ minutos hasta que lo sustituyó Eduardo Camavinga.
Es la quinta vez que Real Madrid se consagra Supercampeón de Europa, ahora igualó la línea de Barcelona y Milan de Italia con cinco Supercopas cada uno.
